CORTE AL CORAZÓN

EL PASAJE DE HOY:

Hechos 2:37-47 (NTV) – 37 Las palabras de Pedro traspasaron el corazón de ellos, quienes le dijeron a él y a los demás apóstoles: Hermanos, ¿qué debemos hacer? 38 Pedro contestó: Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados. Entonces recibirán el regalo del Espíritu Santo. 39 Esta promesa es para ustedes, para sus hijos y para los que están lejos, es decir, para todos los que han sido llamados por el Señor nuestro Dios. 40 Entonces Pedro siguió predicando por largo rato, y les rogaba con insistencia a todos sus oyentes: «¡Sálvense de esta generación perversa!». 41 Los que creyeron lo que Pedro dijo fueron bautizados y sumados a la iglesia en ese mismo día, como tres mil en total. Los creyentes forman una 42 Todos los creyentes se dedicaban a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión fraternal, a participar juntos en las comidas (entre ellas la Cena del Señor, y a la oración. 43 Un profundo temor reverente vino sobre todos ellos, y los apóstoles realizaban muchas señales milagrosas y maravillas. 44 Todos los creyentes se reunían en un mismo lugar y compartían todo lo que tenían. 45 Vendían sus propiedades y posesiones y compartían el dinero con aquellos en necesidad. 46 Adoraban juntos en el templo cada día, se reunían en casas para la Cena del Señor y compartían sus comidas con gran gozo y generosidad, 47 todo el tiempo alabando a Dios y disfrutando de la buena voluntad de toda la gente. Y cada día el Señor agregaba a esa comunidad cristiana los que iban siendo salvos.

• Al concluir el sermón de Pedro, los corazones de quienes lo escuchaban quedaron “traspasados”.
• DEFINICIÓN – traspasado (katanyssomai) – metafóricamente, doler la mente agudamente, agitarla vehementemente: se usa especialmente para la emoción del dolor.
• En otras palabras, estaban convencidos y tristes por su pecado de crucificar al Mesías.
• Ellos fueron hechos conscientes y convencidos de su pecado por el Espíritu Santo, tal como lo estuvimos muchos de nosotros cuando escuchamos el Evangelio.
• Este tipo de tristeza es en realidad buena para nosotros. La Biblia la describe como “tristeza según Dios”.
• 2 Corintios 7:10 (NTV) Pues la clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja del pecado y trae como resultado salvación. No hay que lamentarse por esa clase de tristeza; pero la tristeza del mundo, a la cual le falta arrepentimiento, resulta en muerte espiritual.
• ¡El arrepentimiento era el único remedio para el dolor que desgarraba los corazones de quienes escuchaban el sermón de Pedro!
• DEFINICIÓN – arrepentirse (metanoeo): cambiar de opinión para mejor, enmendarse de corazón con aborrecimiento de los pecados pasados, es decir, conducta digna de un corazón cambiado y que aborrece el pecado
• Nos arrepentimos cambiando nuestra mentalidad y viviendo de una manera que demuestre que odiamos el pecado.

• Cuando escuchamos la Buena Nueva y creemos, no sólo seremos salvos, sino que nuestra creencia será seguida por el don del Espíritu Santo y apoyada por señales y prodigios milagrosos.
• ¡Jesús prometió que esto sucedería para todos los que creen!

Marcos 16:17 (NTV) – Estas señales milagrosas acompañarán a los que creen: expulsarán demonios en mi nombre y hablarán nuevos idiomas.

• Pedro declaró enfáticamente que todos los que creyeran, se arrepintieran, se bautizaran y fueran perdonados de sus pecados, recibirían el don del Espíritu Santo.
• Él y los otros discípulos acababan de recibir el don del Espíritu Santo y estaban empezando a ver los milagros, señales y maravillas que Jesús había prometido.
• ¡Ahora, él les dice a todos que ellos también pueden experimentar este mismo don y poder si tan solo creen!

• Después de que 3.000 personas eligieron creer, bautizarse y unirse a la iglesia, sus vidas fueron notables en algunos aspectos importantes:
• • Se dedicaron a la enseñanza del apóstol y a ser discipulados.
  • Comenzaron a juntarse con otros creyentes.
  • Oraron, pasando tiempo en comunicación con Dios.
  • Asistían a la iglesia regularmente y se reunían en sus casas para estudiar la Biblia.
  • Ellos dieron desinteresadamente
• Todas estas cosas son una parte importante de la vida de un creyente y, lo que es más importante, todas estas cosas llevan a que la gente sea salva diariamente.
• Al igual que estos primeros conversos al cristianismo, nuestras vidas deberían ser tan extraordinarias para otras personas que digan: “¿Podemos unirnos a ustedes? ¿Podemos salvarnos también?”