LA BENDICIÓN Y EL COSTO DE SEGUIR A JESÚS

PASAJE DE HOY:

Mateo 8:14-22 14 Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, la suegra de Pedro estaba enferma en cama con fiebre alta. 15 Pero cuando Jesús le tocó la mano, la fiebre se le fue. Luego se levantó y le preparó una comida. 16 Aquella noche trajeron a Jesús a muchos endemoniados. Expulsó a los espíritus malignos con una simple orden, y sanó a todos los enfermos. 17 Con esto se cumplió la palabra del Señor por medio del profeta Isaías, quien dijo: «Él tomó nuestras enfermedades y quitó nuestras dolencias.» 18 Cuando Jesús vio a la multitud que lo rodeaba, ordenó a sus discípulos que cruzaran al otro lado del lago. 19 Entonces uno de los maestros de la ley religiosa le dijo: —Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. 20 Pero Jesús le respondió: —Las zorras tienen madrigueras donde habitar, y las aves tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene ni siquiera dónde reclinar la cabeza. 21 Otro de sus discípulos le dijo: —Señor, permíteme primero volver a casa y enterrar a mi padre. 22 Pero Jesús le dijo: «Sígueme ahora. Que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos”.

400 años antes de que Jesús naciera, el profeta Isaías habló de cómo Jesús sería capaz de sanar cuando viniera debido a lo que lograría en la Cruz.
Isaías 53:4-5 (LBLA) – Ciertamente cargó con nuestra enfermedad, y con nuestros sufrimientos… Fue traspasado a causa de nuestras rebeliones y aplastado a causa de nuestros crímenes. Él soportó el castigo que nos sanó; por sus llagas somos sanados.

DEFINICIÓN – Curado (therapeuō): aliviar la enfermedad, curar, curar completamente, restaurar la salud

Jesús demostró más allá de toda sombra de duda que Él era el Mesías prometido y el Hijo de Dios por Su poder para sanar con un toque y echar fuera demonios con una palabra.

La voluntad de Jesús de sanar a la suegra de Pedro de la fiebre demuestra que Él se preocupa por todo nuestro sufrimiento, por pequeño que sea.

Hoy, nosotros también podemos ser sanados y liberados por Jesús, si simplemente nos apartamos de nuestros pecados y lo invitamos a guiar y guiar nuestras vidas.
Cuando entregamos nuestras vidas a Jesús, podemos ser sanados y sanos.
Cuando nos negamos a entregar nuestras vidas a Jesús, debemos llevar solo el peso de nuestro pecado, enfermedad y dolencia.

• Jesús demostró su autoridad e identidad como el Hijo de Dios al expulsar demonios con un simple mandamiento y sanar a los enfermos con solo un toque.
  Jesús prometió que su autoridad para hacer estos milagros también sería dada a sus discípulos.
• Juan 14:12 “De cierto, de cierto os digo, que el que cree en mí, hará las mismas obras que yo he hecho, y aun mayores, porque yo voy a estar con el Padre.”
• Como creyentes, Jesús nos prometió que haremos las mismas obras y MÁS GRANDES que Él hizo mientras estuvo en la tierra.
• Hoy en día, todos los discípulos de Jesucristo pueden y deben esperar que el Espíritu Santo que obró a través de Jesús obre a través de ellos. ¡Podemos hacer los mismos milagros que hizo Jesús y más!

• DEFINICIÓN – Excusa: intento de disminuir la culpa o la responsabilidad; Una razón o explicación presentada para defender o justificar una falta u ofensa.
• El hombre que le pidió a Jesús que le permitiera ir a enterrar a su padre en realidad estaba pidiendo permiso para esperar hasta que su padre falleciera. Esto podría haber llevado años.
• Jesús no permitió que este hombre se excusara de seguirlo.
• DEFINICIÓN – Muerto (nekros): sin vida, espiritualmente muerto, destituido de una vida que reconoce y está dedicada a Dios porque está entregado al pecado
• La severa reprimenda de Jesús a la excusa de este hombre dejó claro lo que estaba en juego. Jesús no le permitió fingir que solo necesitaba más tiempo. Dejó claro que estaba en el camino hacia un callejón sin salida espiritual.
• El llamado de Jesús no ha cambiado para nosotros hoy. Él nos pide que dejemos atrás cualquier cosa y a todos los que nos impidan entregar nuestras vidas muertas de pecado y encontrar la vida real en Él.
  Lucas 14:26 (NVI) – “Si vienes a mí, pero no dejas a tu familia, no puedes ser mi seguidor. Debes amarme más que a tu padre, madre, esposa, hijos, hermanos y hermanas, ¡incluso más que a tu propia vida!”
• Qué triste es pensar que alguien pueda usar a su familia como excusa para continuar en pecado y, en última instancia, perder la vida eterna como resultado.